Un salto de agua de 50 metros de altura (El salto de Asón)
El río Asón brota en un paisaje kárstico, para dar un salto al vacío desde 50 metros de altura y proseguir por un valle glaciar. Una puesta en escena natural magnífica que por sus efectos (en el sitio del salto) se conoce como el “valle donde nace el arco iris”. Para disfrutar de éstas vistas, hay que remontar el camino que sigue el curso del río desde el poblado de Asón, a modo de paraíso para senderistas.
9. Un pueblo costero con encanto (San vicente de la Barquera)
Un estuario, una histórica iglesia gótica, un antiguo convento, un castillo, una pausa en la ruta que une el Camino de Santiago de la costa con el Camino Francés. Playas, y una enorme área protegida (Oyambre). Son demasiadas las razones para resistir enamorarse de éste sitio cántabro que abre la lista:
Un poco de su historia para situarnos
La capital de Liébana aparece mencionada documentalmente desde mediados del siglo IX a la época medieval y, aunque no se encontraron restos de la antigüedad y de su posible ocupación, sí sitúan en ella restos de la prehistoria por los vestigios encontrados en la región de Liébana. Acogería también a los habitantes de la época prerromana y, por supuesto, a los romanos. Aquí desarrollarían además sus luchas medievales las poderosas casas de los Mendoza y los Manrique pero desde finales de esta época Potes estaría vinculada a la Casa del Marqués de Santillana primero y la del Infantado después.
Distintas imágenes con arbolado y acantilados, un abanico de colorido: los verdes de Cantabria tienen una gran variedad como los ocres
































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